Bueno, aquí os dejo una mezcla de dos de mis aficiones favoritas: la buena música y el anime. Ah, pequeña ninfa, este te lo dedico a tí.
miércoles, 16 de abril de 2008
Tres de abril del dos mil ocho.
Mmm... ¿cómo podría empezar esta entrada? Bueno, creo que ya se...
¡¡¡Hola a tod@s!!! Hoy hace un día espléndido; los pájaros pían en el exterior bajo la suave luz del sol, que con sus dorados rayos ilumina el oscuro mundo en el que vivimos; los niños corretean inocentes en el patio del colegio; las ovejas pastan tranquilas en los verdes campos mientras las abejas recolectan polen para hacer rica miel y yo, en este maravilloso día, estoy cont... ¡¡¡DE MUY MALA OSTIA!!!
Llevo toda la noche haciendo un maldito trabajo de un tal Robert Lattimore. Y cuando tras tres horas de infructuosa búsqueda en la basta red de información, se me ocurre que quizá esté buscando mal. Y a las seis de la mañana, tres horas antes de mi primera clase, busco en el libro y descubro, para mi horror, que ese tal Robert Lattimore no existe. Sí, como leéis. No era Robert; era RICHMOND.
¡¡¡WOWOWOW!!!
Imaginad la cara que se me ha quedado. Bueno, al verlo, aparte de que mi mundo se me vino abajo y me empezó a entrar una risa histérica (no sabía si reir o llorar, pero al final me decanté por lo primero), y me dije. Kore, tu puedes hacerlo (típica frase de película). Y a ello me puse.
Hora y media después consigo tener un texto medio decente de unas dos hojas, que tengo que imprimir. Total; con unas ojeras que un mapache se quedaría corto, saco la impresora de su caja, la preparo, enchufo todos los cables, meto los folios y de repente, la impresora del exorcista empieza a tragárselos como loca y a escupirlos en plan posesión infernal, llenando todo el suelo de mi habitación de hojas. Bueno, yo, "tranquilamente" las comienzo a recoger y a ponerlas de nuevo en el aparato del demonio. Y ella, fiel a su nueva religión, se pone de nuevo a echar ruidos satánicos y a dejarme la habitación más caótica de lo que ya de por sí estaba.
Bueno, a todo esto, el tiempo va pasando y mi paciencia se va agotando (nunca pensé que tendría taaaaantaaaa). Tras tres o cuatro intentos más, por fin consigo apaciguar a la bestia para que, amablemente me imprima dos simples hojas. Y ella, todo obediente, se pone a trabajar... A trabajar... Y yo, inocente pienso, "mientras esto se imprime, yo mientras aprovecho y desayuno, que se me está haciendo tarde..."
Total, voy a la cocina en bussca de un vaso limpio, pero oh musa del desconcierto (si es que existe) no quedan vasos limpios. ¿Qué hacer? Simple, echarme la leche en el vaso en el que anoche bebí Coca-Cola . Saco el cartó, vierto la "leche" en el vaso y doy el primer trago... Leche caducada: grumos.
En esos momentos estaba de MUY mala ostia. Dejo el vaso sobre la mesa, poto en el vater, y regreso a la cocina. Dejo el vaso en el fregadero; paso de desayunar y veo a ver cómo ha quedado el trabajo.
He de reconocer que el trabajo estaba impreso, pero la muy "·%&""·$%&/&$%" de la impresora me lo había imprimido en un color un tanto... llamativo; color mostaza. Bueno, preparo la mochila, meto el trabajo en una memoria externa para imprimirla en la universidad, me llevo el "otro" pos si me sirve para algo (aparte de para quemarlo) y cojo el bus.
Finalmente, la profesora no me lo pide.
Conclusión: bueno... no llego a ninguna conclusión que no contenga dentro de la misma la destrucción masiva de impresoras y la erradicación del planeta de toda información relacionada con Richmond Lattimore.
PD: hoy es un buen día.
¡¡¡Hola a tod@s!!! Hoy hace un día espléndido; los pájaros pían en el exterior bajo la suave luz del sol, que con sus dorados rayos ilumina el oscuro mundo en el que vivimos; los niños corretean inocentes en el patio del colegio; las ovejas pastan tranquilas en los verdes campos mientras las abejas recolectan polen para hacer rica miel y yo, en este maravilloso día, estoy cont... ¡¡¡DE MUY MALA OSTIA!!!
Llevo toda la noche haciendo un maldito trabajo de un tal Robert Lattimore. Y cuando tras tres horas de infructuosa búsqueda en la basta red de información, se me ocurre que quizá esté buscando mal. Y a las seis de la mañana, tres horas antes de mi primera clase, busco en el libro y descubro, para mi horror, que ese tal Robert Lattimore no existe. Sí, como leéis. No era Robert; era RICHMOND.
¡¡¡WOWOWOW!!!
Imaginad la cara que se me ha quedado. Bueno, al verlo, aparte de que mi mundo se me vino abajo y me empezó a entrar una risa histérica (no sabía si reir o llorar, pero al final me decanté por lo primero), y me dije. Kore, tu puedes hacerlo (típica frase de película). Y a ello me puse.
Hora y media después consigo tener un texto medio decente de unas dos hojas, que tengo que imprimir. Total; con unas ojeras que un mapache se quedaría corto, saco la impresora de su caja, la preparo, enchufo todos los cables, meto los folios y de repente, la impresora del exorcista empieza a tragárselos como loca y a escupirlos en plan posesión infernal, llenando todo el suelo de mi habitación de hojas. Bueno, yo, "tranquilamente" las comienzo a recoger y a ponerlas de nuevo en el aparato del demonio. Y ella, fiel a su nueva religión, se pone de nuevo a echar ruidos satánicos y a dejarme la habitación más caótica de lo que ya de por sí estaba.
Bueno, a todo esto, el tiempo va pasando y mi paciencia se va agotando (nunca pensé que tendría taaaaantaaaa). Tras tres o cuatro intentos más, por fin consigo apaciguar a la bestia para que, amablemente me imprima dos simples hojas. Y ella, todo obediente, se pone a trabajar... A trabajar... Y yo, inocente pienso, "mientras esto se imprime, yo mientras aprovecho y desayuno, que se me está haciendo tarde..."
Total, voy a la cocina en bussca de un vaso limpio, pero oh musa del desconcierto (si es que existe) no quedan vasos limpios. ¿Qué hacer? Simple, echarme la leche en el vaso en el que anoche bebí Coca-Cola . Saco el cartó, vierto la "leche" en el vaso y doy el primer trago... Leche caducada: grumos.
En esos momentos estaba de MUY mala ostia. Dejo el vaso sobre la mesa, poto en el vater, y regreso a la cocina. Dejo el vaso en el fregadero; paso de desayunar y veo a ver cómo ha quedado el trabajo.
He de reconocer que el trabajo estaba impreso, pero la muy "·%&""·$%&/&$%" de la impresora me lo había imprimido en un color un tanto... llamativo; color mostaza. Bueno, preparo la mochila, meto el trabajo en una memoria externa para imprimirla en la universidad, me llevo el "otro" pos si me sirve para algo (aparte de para quemarlo) y cojo el bus.
Finalmente, la profesora no me lo pide.
Conclusión: bueno... no llego a ninguna conclusión que no contenga dentro de la misma la destrucción masiva de impresoras y la erradicación del planeta de toda información relacionada con Richmond Lattimore.
PD: hoy es un buen día.
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