Saludos Viajeros. Me acabo de despertar y de sacudirme las cenizas que me mantenían aletargado para levantarme con renovado ímpetu y comenzar a publicar. A partir del quince de este mes comenzará mi renacer, es decir, comenzaré a mirar la vida desde otro punto de vista, rompiendo definitivamente con ciertos lazos del pasado y abriendo las puertas a posibles eventos futuros.
.
.
¿Y a qué viene tanto cambio? Mmm... sería difícil explicarlo todo... resumámoslo pues de esta forma: ha sido un curso difícil. Durante este año me he podido dar cuenta de muchas cosas y he podido situar a todos aquellos que integran mi entorno en su sitio. Quizá suene como si un biólogo catalogase a distintas especies de mariposas para su posterior estudio, pero no es así como yo lo he hecho; más bien, he sabido ver más allá de la máscara de hipocresía que muchos de ellos portaban. ¿Y qué suele ocurrir cuando uno descubre que tras esa amigable sonrisa hay una mueca de asco? La respuesta es obvia: decepción. A partir de ahí, uno ha de decidir si intentar averiguar a qué se debe su asco o si directamente cortar el lazo que te unía a esa persona. Lo mejor en mi caso ha sido lo segundo: cortar de raíz el lazo que nos unía. Cada vez me alegro más.
.
.
o mismo pasa cuando vives en tu mundo rosa de felicidad infinita , de repente, esa persona que lo es todo para tí te caer de ese mundo feliz y jovial al más profundo de los abismos. Tras el estrepitoso golpe, uno reacciona e intenta hacer que al menos, quede una buena relación... craso error. Han hecho falta siete meses de follones y rachas relativamente tranquilas para que me de cuenta de que ciertas cosas no tienen solución y de que algunos sentimientos que uno creía olvidados siguen ahí esperando el momento idóneo para aflorar...
.
.
Finalizo con una de mis creacionesque rescaté hace poco de una carpeta mientras limpiaba a fondo mi dormitorio. Ahí os la dejo; disfrutad.
.
.
"Y así, el grandioso fénix se inmolaba al ver que su batalla llevaba tiempo perdida. Su lustroso plumaje era devorado por lenguas de fuego convirtiéndolo en simples cenizas. Y mientras el ocaso del día daba paso a la más ocura de las noches, la vida del dorado pájaro se apagaba en agónico sufrimiento. Mas al alba, cuando los primeros rayos del sol recorren tímidos la ladera, una suave brisa se cuela entre los árboles esparciendo al aire una nube negra de recuerdos quemados y dejando ver a su paso un huevo brillante como el astro rey en el cual se adivina una grieta. Algo reniega a desaparecer; algo empuja impetuoso contra la fina cáscara que lo atrapa y lo protege. Así, el joven fénix rompe su prisión y se lanza a la aventura de la vida. Un nuevo fénix, ya templado en las adversidades de una etapa anterior emprende el vuelo. Tranquilo, sosegado, desaparece en el horizonde. El fénix renació."