lunes, 9 de octubre de 2006

Brighton 1ª parte

Hola de nuevo Viajeros. Os preguntaréis por qué he puesto ese título a la entrada. Os explicaré lo esencial, pero a lo largo de la entrada veréis el por qué de dicho título.
Comenzaré con su situación geográfica. Brighton es una ciudad al sur de Inglaterra situada en el condado de Sussex. Para más información, buscar en Internet.
Brighton es referido por mí y por amigos míos como aquel viaje que realizamos durante el mes de julio de 2006. Allí conocí a un montón de gente. Hice buenos amigos y aprendí muchas cosas, aparte del inglés, claro está. Aunque no todo va a ser bueno. En esos viajes, cuando te llevas amigos, en esos días de convivencia uno se da cuenta de cómo son realmente sus amigos y de cómo se comportan cuando tienen que compartir contigo desde habitación hasta excursiones.
Reconozco que al principio, me agradaba que esa persona me acompañase, porque así, uno no se siente sólo, por lo menos tenía compañía. Pero es cuando llevas una semana de convivencia con dicha persona, es cuando uno se replantea seriamente si hubiese sido mejor haber ido sólo al viaje, que aunque no se conozca a nadie, ya que no pasa nada.
No me puedo olvidar de mi familia "adoptiva". En mi caso, eran "abuelos adoptivos", ya que ambos tenían nietos. Eran unas personas muy agradables, aunque me costase un poco acostumbrarme a su estilo de vida. Nos preparaban el desayuno: tostadas, cereales, zumo (un poco agrio, la verdad) y a mí, expresamente, un café, jeje.
Luego nos dejaban en un taper el famoso "Pack Lunch", caracterizado por una bebida (agua en mi caso), dos sándwiches, una chocolatina (aunque yo me compraba más después, jaja) y una pieza de fruta. Los mejores sándwiches eran los de huevo, también famosos por su sabor. Preguntadles a las gaviotas de Brighton, ellas os lo dirán. Si, reconozco que muchos de los sándwiches estaban, para qué negarlo, vomitivos. Eran de cosas muy raras. A mí, una vez me lo hicieron de salsa rosa con pasas y trocitos de algo amarillo; si queréis saber de nuevo lo que era, preguntad a las gaviotas; ellas eran las catadoras de sándwiches por excelencia. Sus pasos eran seguidos por las palomas lisiadas del parque del Royal Pavilion (Palacio Real en Brighton).
Tras el Pack Lunch, la siguiente comida era la cena, a las seis de la tarde. Reconozco que su comida no es muy buena, pero sus postres y sus tartas de carne, así como otras cosas que ellos nos hacían para comer estaban realmente buenas.
Aparte de las comidas, he de dejar constancia de los buenos y malor ratos que he pasado en el viaje. La cantidad de gente que he conocido; a unos más y a otros menos. Los amigos que he hecho, las miles de fotos, las excursiones flash (excursiones en las que lo veíamos todo en plan "Hombre Bala" nos dejaban casi nada de tiempo para ver los lugares de Londres), el cine, los paseos por Brighton...
Realmente, nadie de los que íbamos vivíamos en Brighton, sino que vivíamos en los pueblos cercanos a ella: Rottingdean, Saltdean, Peacehaven, Newhaven y Seaford (si me dejo alguno, que no lo creo, recordádmelo en un comentario).
También hay que destacar la magnífica manera que tienen los "autobuseros" de Inglaterra para conducir. Yo creo que no ponen cinturones para matar a los pasajeros y que el estado se ahorre unas libras en su presupuesto.
Bueno, la segunda parte de este maravilloso viaje será publicada otro día. Nos vemos Viajeros. Un saludo: El Viajero Errante.

sábado, 7 de octubre de 2006

Regreso a la Universidad

Saludos Viajeros. Regresé del verano cargado de emociones y con miles de fotos de mis viajes (si recuerdo cómo se ponían en esto, quizá ponga algunas, jeje). regresar del verano significa volver a la rutina, en mi caso a la Universidad. Pero eso no quiere decir que la Universidad sea un rollo. En la Universidad uno se lo pasa genial, si sabe cómo divertirse.
Lo primero, es pillarte los horarios y matricularte. Eso tiene un cierto follón, pero al final uno consigue hacerlo todo bien y no volverse loco, jaja. Lo que sigue es ir a clases y reencontrarte con los antiguos compañeros y viejos profesores, aparte de conocer nuevos compañeros y profesores. También nos encontramos con aquellos compañeros con los que uno no se iría ni loco con ellos (yo sé por qué lo digo...). 
Aparte de las clases, están los servicios de la universidad, como las cafeterías, las máquinas expendedoras de comida, los comedores, los kioscos... En esos servicios, los cuales no son gratis, te dejas a lo largo del año una pasta, porque a eso has de añadirle el coste de: material escolar, libros, fotocopias, pagar el alquiler de un piso o la estancia en una residencia o colegio mayor... Si, es aquí cuando uno se da cuenta que la adquisición de saber cuesta, sobre todo, dinero, mucho dinero. Volviendo a los servicios de la universidad; es en esos lugares en los que uno tertulia con sus compañeros sobre diversos temas: libros, cine, trabajo (hay quienes trabajan; yo no pertenezco a ese sector, todavía...) y demás temas de cierta relevancia. 
Ahora voy a hablar del Campus en sí. Es un lugar acogedor que invita a la reflexión; nos ayuda a madurar psicológicamente (a unos más que a otros); nos enseña a ser más humanos y a adquirir conocimientos que nos servirán en el futuro. Porque uno no sólo aprende lo de su carrera, sino que también aprende de otras, ¿o es que nadie ha tenido nunca amigos de otras carreras? Quepa mencionar dos amigos míos: P. de CC EE, y N. de Química.
Se me olvidaba una cosa muy importante de las universidades, los bancos y el césped. Esos lugares favoritos de los estudiantes, donde sentarse un rato a leer, escuchar música, hablar con los amigos o, simplemente, descansar un rato y desconectar del mundo. 
En las universidades se celebran constantemente eventos, congresos, concursos... además de las, ya conocidas por los estudiantes, cervezadas. Como ya sabréis, consisten en quedar con los amigos e irse por ahí de copas, ya que ese día en concreto están más baratas. A mi, personalmente no me atrae mucho esa idea, pero no hay nada de malo por probar, ¿no? 
Realmente, en la universidad uno se lo pasa bastante bien si sabe cómo hacerlo, pero aparte de eso, hay que currárselo y estudiar, porque pasárselo bien no quiere decir que se puedan eludir las obligaciones de uno mismo, que en este caso son estudiar y sacarse una carrera. No vamos a estar siempre en la universidad, ¿no? (Si trabajamos allí en el futuro, si). En serio hemos de tomarnos esto, está bien la juerga, pero eso hay compaginarlo con los estudios, anteponiendo éstos a todo lo demás. 
En fin, no sé que más comentar. Creo que esta vez me he currado el texto, jeje. Sólo me queda despedirme. Nos vemos Viajeros. Un saludo: El Viajero Errante.