Engranajes...

Tic tac tic tac tic tac tic... el tiempo pasa...pero más que el tiempo, lo que pasa es nuestra vida; avanza sin cesar, sin mostrar siquiera un ápice de misericordia hacia nosotros, los que vamos con ella hasta el final.

Hay quien dice que es como una partida de ajedrez, que juegas con ella, pero lo que no sabe es que la partida la tenemos perdida desde el comienzo de la misma; no hay tablas y no vas a ganar. El final es un claro jaque mate a su favor.

También está el punto de vista de los estoicos, según el cual todo está determinado y nuestra vida no es mas que una serie de acontecimientos ya establecidos. Utilizaré una metáfora para explicarlo.

Imaginad un camino (la vida) por que que camina un carro tirado por caballos (el tiempo) y atado al carro a través de una cuerda, un perro (nosotros). El carro avanza sin pausa por el camino tirando de la cuerda del perro siendo éste movido hacia adelante. El perro tiene dos opciones:

1. Puede intentar resistirse a la fuerza del carro, mas todo el esfuerzo será en vano, pues irremediablemente seguirá avanzando. Esto es, el perro vivirá una vida asquerosa pues avanzará sin que él lo quiera.
2. También puede jugar con lo que el trozo de cuerda le permite. Es decir, sabiendo que el carro avanza sin parar, aprovecha la longitud de la cuerda para moldearla a sus necesidades en plan, ahora voy más rápido, ahora me paro un poco cerca del carro para descansar mientras avanza, ahora correteo tras una mariposa... El perro disfruta de lo que tiene aún sabiendo que avanza sin remedio.

El segundo punto resume la filosofía de los estoicos (así me lo explicó una profesora hace tiempo).


También podemos ver la vida como un reloj de cuerda de un solo uso. Tras un polvo, comenzamos a dar cuerda al reloj hasta que tras el parto, soltamos la cuerda, y el engranaje comienza a funcionar.

Tic tac tic tac tic tac...

Así hasta que por algún motivo, el reloj empieza a fallar, y aunque nos empeñemos en arreglarlo, sabemos cuál es el final... tic tac tic tac tic.