jueves, 6 de abril de 2006

Disculpas

He cometido ciertos fallos últimamente, varias "cagadas" y diversas meteduras de pata. Sobre todo, todos estos "malos rollos" eran por ti.. Sin poder cambiar el pasado, intentaré arreglar el futuro. Aún así, he de ser realista y aceptar lo previsible. Bueno, dejo ya de soltar rollos. Te dedico el siguiente poema de Pablo Neruda. (No eres tú, Cande, es otra ;P). Espero que te guste.



Para que tu me oigas
mis palabras se adelgazan a veces
como las huellas de las gaviotas en las playas.

Collar, cascabel ebrio
para tus manos suaves como las uvas.

Y las miro lejanas mis palabras.
Más que mías son tuyas.
Van trepando en mi viejo dolor como las yedras.

Ellas trepan así por las paredes húmedas.
Eres tú la culpable de este juego sangriento.
Ellas están huyendo de mi guarida oscura.
Todo lo llenas tú, todo lo llenas.

Antes que tú poblaron la soledad que ocupas,
y están acostumbradas más que tú a mi tristeza.

Ahora quiero que digan lo que quiero decirte
para que tú las oigas como quiero que me oigas.

El viento de la angustia aún las suele arrastrar.
Huracanes de sueños aún a veces las tumban.
Escuchas otras voces en mi voz dolorida.
Llanto de viejas bocas, sangre de viejas súplicas.
Ámame compañera. No me abandones. Sígueme.
Sígueme, compañera, en esa ola de angustia.

Pero se van tiñendo con tu amor mis palabras.
Todo lo ocupas tú, todo lo ocupas.

Voy haciendo de todas un collar infinito
para tus blancas manos, suaves como las uvas.

2 comentarios:

  1. No comprendo una palabra

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  2. Está genial la dedicatoria, aunque creo que deh haagh lleva razón, el poema no se entiende mucho. Aun así, es un bonito gesto por tu parte dedicárselo a alguien. :D

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